Hola Laia,
Un trabajo clave que hacemos en coaching es ayudar a los clientes a identificar sus "guiones de vida". (El nombre viene del Análisis Transaccional, por si alguien quiere estudiar más el tema).
Estos guiones pueden ayudarnos o limitarnos.
Básicamente, todos tenemos historias que nos contamos a nosotros mismos como si fueran La Verdad. Pero con frecuencia no sólo son puro cuento, "fake news", sino que además son justo lo que nos mantiene atrapados en todo tipo de bucles autodestructivos.
Lo emocionante es que una vez que detectas un guión, puedes reescribirlo.
Me encanta facilitar este trabajo, pero obviamente también he tenido que hacerlo yo.
Estoy pensando en todo esto porque El País publicó ayer un artículo sobre mí. La periodista, Erika Rosete, me dijo que no quería limitarse a reseñar mi libro, sino que quería escribir más como un perfil.
Así que yo le hablé de todo lo que me importa cuando trabajo, ya sea en coaching o en escritura: lenguaje, juego, presencia, sanación, improvisación, dejarse fluir, etcétera.
Es una gran cosa tener un perfil en El País y me dio alegría, emoción, y agradecimiento.
Pero, inesperadamente, no fue el reconocimiento lo que realmente me conmovió cuando lo leí anoche.
Lo que me hizo llorar fue que durante años yo me dije a mí misma que, aunque me encanta el coaching, pues tiene un nombre francamente feo, y poco literario, y que lo más seguro es que nadie me tomaría en serio como escritora si yo decía que soy coach. Y entonces gasté angustias y energía en tener dos vidas laborales separadas.
Me alegro MUCHO de haber podido darle la vuelta a ese guión.
Me daba miedo. De hecho, todavía me da. La vergüenza siempre está al acecho. El "qué dirán". El miedo al ridículo, todo eso: está siempre asomándose en la cabeza.
Pero aun así, a El País no le dije: "¡Soy una escritora feliz y prolífica!
No. A Erika le hablé abiertamente de mis dificultades con la escritura de mis tormentos con la "falta de disciplina" y el perfeccionismo, de cómo (gracias a mi primera life coach que tuve en 2009) salí de ahí y me permití escribir mis libros.
Le hablé de todo mi trabajo con todas sus capas, y de todos los puentes que veo entre el coaching, la creación artística y cómo, por eso, por coherencia con esos puentes, fundé La Comunidad.
Y ella, generosamente, captó mucho de esto en su entrevista.
Y quería celebrarlo porque tiene como un saborcito de final. El final de un periodo de estar medio escondida. El final de ceder ante la vergüenza, el qué dirán, los guiones de vida que nada más me bloqueaban...
Y te lo comparto porque tú, como todos, tienes tus guiones.
Y sería bueno encontrar cuáles te están deteniendo.
Y empezar a considerar reescribirlos.
Y si el cuento que te estás contando (sea cuál sea, he visto infinitas variedades) te está impidiendo escribir, es hora de darle la vuelta.
Y no tienes que hacerlo sola porque con eso exactamente es con lo que te ayudamos en escribir es un lugar.
Abrazos,
Laia
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