Hola Laia,
A veces tengo que ir al hospital.
Para mí, el hospital es, entre otras muchas cosas, un poderoso recordatorio de que no TENGO que escribir.
PUEDO escribir.
TENGO la oportunidad de escribir.
Esto no es algo que recuerde con frecuencia, la verdad.
Desde hace más de veinte años, a la manera neurótica del conejo blanco que va a llegar tarde, tiendo a decirme en todo momento: TENGO QUE ESCRIBIR TENGO QUE ESCRIBIR TENGO QUE...
Pero a veces (en el hospital o, más frecuentemente, durante una sesión de coaching) recuerdo que mi escritura es un juego, un privilegio, un regalo para mí misma mucho antes de que llegue a los demás.
Así que, hoy, ¿puedo sugerirte que experimentes con esta noción?
"Puedo escribir".
Dilo en tu cabeza o, si te animas, en voz alta: Tengo la oportunidad de escribir.
No hace falta que nadie te oiga ni sepa que lo has hecho), dítelo a ti mismo y fíjate en lo que esta pequeña frase puede suscitar.
O resuscitar.
Fíjate si algo se abre, o algo se aligera.
Y, si te dan ganas, cuéntamelo. Me encantará saber de ti.
Yo PUEDO escribir. Hasta en el hospital puedo si quiero.
Y tú también. Donde sea, como sea.
Puedes escribir.
¿Te vas a dejar, te vas a dar el regalo de escribir hoy?
¡Espero que sí!
Saludos,
Laia
PS: Y si no estás pudiendo, si tu escritura últimamente parece más una tarea, una carga, un lastre, un extraño... déjame ayudarte con eso.
Ya sea que te unas a nuestros programas, donde resolvemos estos problemas con citas fijas diarias, o que consideres tener una poderosa sesión de coaching conmigo.
Si te anotas en abril a una sesión individual conmigo (que dura una hora y media y que puedes usar antes de que julio 2024), tienes el 40% usando el código SOLOENABRIL
Puedes leer más sobre hacer coaching conmigo aquí. O, si tienes cualquier duda, simplemente contesta este mail para hacerme tus preguntas.
|